Cómo hablar – no pelear – sobre el dinero con su cónyuge

El dinero es la raíz de muchos problemas matrimoniales. Tome las riendas de la conversación antes de que los problemas financieros se agraven.Maryalene LaPonsie 1 de octubre de 2017

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Ya sabes lo que hay que hacer. Quieres hablar de la vida y de los objetivos financieros -comprar una casa, tener un bebé o planificar la jubilación- pero tu pareja rechaza la conversación. O tal vez usted menciona esa caja de Amazon que rompe el presupuesto, y él o ella se pone inmediatamente a la defensiva. Su cónyuge nunca quiere hablar de dinero, ni ahora ni nunca.

El dinero puede ser un barril de pólvora en relaciones que, por lo demás, son estables. Muchos estudios revelan que los problemas financieros son uno de los principales factores que contribuyen al divorcio.

Utiliza estos consejos para hablar de dinero de forma que os unáis y no os separéis.

Reflexione sobre los antecedentes económicos de su cónyuge. Considere el papel del dinero en la vida de su cónyuge. ¿Crecer pobre le hizo ser demasiado rígido con el presupuesto?? O tal vez ella creció rica y se resiente de tus intentos de controlar los gastos.

«No intentes tener una conversación pesada al final de un largo día de trabajo, ni invites a tu cónyuge a cenar sólo para emboscarle con 'la charla.'»

No tienes que estar de acuerdo con tu pareja, pero sí necesitas saber cómo ve él o ella el dinero para tener una conversación productiva sobre las finanzas familiares.

Reconozca las emociones implicadas. Las discusiones sobre el dinero no son solo sobre el dinero. También se trata de las expectativas y las decepciones, o de qué cónyuge está tirando del carro y cuál está hundiendo el barco. Al menos eso es lo que puede parecer.

Reconozca que el dinero es un tema cargado y céntrese en el asunto específico que le ocupa. Evite las peleas a gritos y los sentimientos heridos eligiendo cuidadosamente sus palabras.

Elija el momento y el lugar adecuados. Elija un día en el que ambos se sientan relajados y de buen humor. No intente mantener una conversación pesada al final de una larga jornada laboral, ni invite a su cónyuge a cenar sólo para emboscarle con «la charla.»

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Escuche, no sermonee. Decirle a tu cónyuge todo lo que hace mal es una receta para el desastre. En su lugar, exponga su situación financiera y pida ayuda para que los números cuadren.

A continuación, siéntese, escuche y, lo que es más importante, trabaje con su cónyuge para asegurarse de que la solución responde a las preocupaciones de ambos. Si salir a comer con los compañeros de trabajo es importante para tu marido, no desprecies sus sentimientos. Encuentre la manera de hacer que funcione, al menos una parte del tiempo.

Hágalo de forma rutinaria. Las discusiones sobre el dinero pueden ser tensas. Reduzca la tensión convirtiéndolos en una rutina. Decide con tu cónyuge que, por ejemplo, todos los meses haréis una rápida revisión del presupuesto antes de salir por la noche. Así nadie se sentirá acorralado, preguntándose qué ha hecho para justificar una conversación especial sobre el dinero.

Llama a un profesional, si es necesario. A veces, vuestros puntos de vista sobre el dinero están demasiado alejados como para comunicaros eficazmente. En ese caso, busca un tercero objetivo que te ayude. Si su cónyuge se resiste a una sesión de asesoramiento financiero individual, pregúntele si estaría abierto a un programa de grupo.

Se necesita tiempo para perfeccionar el arte de hablar de dinero con su cónyuge. Pero siga estos consejos y usted y su pareja tendrán más posibilidades de vivir felices -y prósperos- para siempre.

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